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Mamá, ¿me podrías dar un consejo?", preguntó la hija.
"Cuéntame qué pasa", dijo la madre.
"Fíjate que mi vecina ha perdido el buen camino, se ha divorciado", dijo la hija.
"Que le vaya bien", respondió la madre.
"Y ahora anda de fiesta todas las noches", dijo la hija. "No te pide nada, ¿cierto?", replicó la madre.
"Pero la tratan mal sus amigos", dijo la hija. "Porque se deja", respondió la madre.
"Además, su nuevo novio la engaña", dijo la hija. "Es su problema, no el tuyo", comentó la madre.
"Y ahora se la pasa viajando mucho", dijo la hija. "Para eso trabaja, ¿no se lo pagas tú?", dijo nuevamente la madre.
"Pero yo sé que su nueva pareja no le conviene", dijo la hija.
"Hija, no es tu problema", dijo la madre. "Ocúpate de vivir tu vida y deja las vidas ajenas."
Moraleja: En lugar de preocuparnos en exceso por las vidas ajenas, debemos enfocarnos en vivir la nuestra.