Un bigote de tigre.

Una mujer acudió al sabio del pueblo y le dijo: "Me casé con un viudo y tiene un pequeño. He sido buena con él, pero él no me dirige ni la palabra. ¿Qué puedo hacer para que me acepte?"

"Tráeme un bigote de tigre recién cortado y resolveré tu problema", dijo el sabio.

La mujer se dirigió al zoológico y se ofreció como voluntaria. Después de observar por mucho tiempo a los tigres y pensar cómo podría quitarles un bigote sin que estos la devoraran, decidió ofrecerles comida desde lejos. Conforme pasaron los días, ella se fue acercando poco a poco, hasta que los tigres se acostumbraron a su presencia y pasó a formar parte de sus vidas.

Un día, cuando uno de ellos estaba dormido, ella le arrancó un bigote al tigre más feroz. Este despertó enfadado, pero al ver que se trataba de ella, se volvió a dormir. Entonces, la mujer se dispuso a ir con el sabio, pero al llevar el bigote en su mano, pudo comprender que ya sabía cómo resolver su problema.

Moraleja: La paciencia es una virtud.